TIEMPO DE SOMBRAS V
La noche es desarticular el dorso del horizonte,
prohibirle el deseo al diluvio
y desquiciar las sienes con el vértice del lenguaje.
Para otros, que no retan al letargo,
es una rareza natural a modo de herbolario;
ungüento del horror con piel de escoria,
mixtura donde el descuido es evocación
y la emulsión, migajas de la memoria.
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