TIEMPO DE SOMBRAS VI
Reclinada sobre la cumbre de los batientes
distingo a contraluz las secuelas del espectáculo
y la analítica de las quimeras sobre el pedernal,
-tan añeja como el cardenillo-
y la profunda seducción de las discordancias.
Ambas se resisten a la rutina y al momento;
porque ambas simbolizan mezclados fines y agonías,
porque ambas son, cuando se extinguen o inflaman,
cadencias leves, cambiantes opacidades,
hábitos que se ahorcan en ese lúgubre tiempo de sombras
que tañe sobre las pupilas.
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