II
La luna guarda el secreto
de tan plácidas horas en el Ambigú
y el brillo de tus ojos
y el indeciso ruido de tus besos
en el silencio de la noche.
Mimada por el leve soplo del viento
retengo la vivacidad de mis sueños...
¡Añoro acariciar sus cabellos
y perdernos en los mercados
y esconderme en su alma
o en la pequeña ermita
para sentirle temblar
como las llamas de velas!...
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©MAR
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