viernes, abril 08, 2016

INSTANTES DIFUSOS - III


 
No había luna la noche en que
un primer beso me hirió de amor
y se escondió, como un prófugo
que huye de si mismo.

Esparcían su luz difusa las estrellas
y bajo el cielo oscuro
contemplábamos
la huella de un ligero velo.

Es la estela de la vía láctea…

     suspiró,

         suspiramos,

              y susurró:

Dicen que es enorme,
inmensa la suave niebla que brilla como la plata,
que es de un remoto mundo y su camino es grandioso,
miles de años invierten los rayos del sol en recorrerla.

¡Y si tuviéramos alas!
esa infinita distancia contigo no sería nada!

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© MAR – Abril 16

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